Introducción: La magia del amor: el colocón del romanticismo
Pocos le dedican el tiempo y el espacio que requiere entrenarse para el amor, pocos se dedican a cuestionar las estructuras amorosas que hemos heredado, pocos le dedican energías a pensar en el amor y a trabajar por hacerlo más bonito.
Necesitamos enamorarnos del mismo modo que necesitamos rezar, leer, bailar, navegar, ver una película o jugar durante horas: porque necesitamos trascender nuestro “aquí y ahora”.
... la importancia que tiene para el sistema que nos juntemos de dos en dos, no de seis en seis. Nos necesitan aislados unos de otros, produciendo y consumiendo. Juntos podríamos transformar las cosas,
1. El enamoramiento
El enamoramiento, según Alberoni, surge de la sobrecarga depresiva cotidiana: nadie se enamora si, aunque sea parcialmente, está satisfecho de lo que tiene y de lo que es.
... todo el que se enamora tiene una predisposición a ello, ...
Creo que enamorarse no es un acto de amor, en realidad; es difícil querer a alguien de verdad si solo la queremos para nosotras. No se puede amar a nadie si sólo conocemos su lado luminoso, si no queremos ver ni asumir la mochila de miserias y los defectos del otro. El amor, creo, se da cuando aceptamos al otro tal y como es.
2 El desamor
Es fácil reprochar a la pareja una infidelidad, una cadena de mentiras y engaños, su falta de compromiso o su actitud pasiva. Pero no se puede reprochar a nadie que se desenamore o que deje de sentir ilusión, de fantasear, de sentir atracción sexual por nosotros.
... desenamoramiento (bajada del colocón) no es lo mismo que desamor, que se refiere a una ruptura emocional, más profunda, una desconexión o alejamiento a todos los niveles (sexuales, sentimentales, espirituales, intelectuales).
Al ser humano le cuesta ser capaz de entender emocionalmente y psíquicamente palabras como “nunca más”, porque son estados de las cosas irreversibles, como la muerte o un adiós definitivo. Sin embargo, no nos cuesta formular la promesa o el deseo de “para siempre”, porque a pesar de su grandeza, anhelamos la eternidad.
Hay personas que, al finalizar un amor, sienten que el futuro está abierto. Surge en ellas la curiosidad y el deseo de vivir nuevas experiencias, y el pasado de algún modo queda cerrado. Sólo cuando se pone un gran punto y final el amor puede contarse como relato, de principio a fin, y depositarlo en el pasado, como un proceso completo y terminado. Es así como muchas personas logran tener relaciones afectuosas con antiguos amores, y cómo con el tiempo, logran recordarlas con alegría, sin dolor.
4 Yonkis del Amor
5 Morir de amor: las patologías del amor romántico
Se entiende que los buenos son los abandonados, y los malos, los que abandonan.
La estructura social está hecha por y para parejas, la cultura se encarga de mitificar esas uniones de dos en dos, y nuestro yo se ocupa de convencernos de que sin pareja no somos nada, y que no encontraremos a nadie igual nunca jamás.
Nos cuesta tanto dejar las relaciones porque somos animales de costumbres, porque practicamos el apego hacia las personas y las cosas como si fueran eternas, y porque vivimos en un mundo tan individualista que el fin de una pareja significa regresar a la soledad,...
... divorciarse hoy es un privilegio de ricos. Las parejas trabajadoras invierten la mayor parte de las horas del día en ganar dinero para pagar una hipoteca terrible y muchas viven endeudadas, de modo que plantearse una ruptura (con el banco, frente a Hacienda, frente a la Iglesia, con la familia) se convierte en una “locura”.
Es cierto que la compasión es una característica muy humana, pero nada erótica. Compadecerse del que sufre sirve para que nos sintamos empujados a aliviar el dolor de la otra persona, pero nunca para reavivar pasiones. Y a pesar de ello, mucha gente se agarra al chantaje emocional, y trata de demostrarle al otro la dependencia que siente, llora y protesta, envía mensajeros, escribe cartas, lo cuenta en Facebook… para que el otro o la otra se sientan responsables de su felicidad y el bienestar y, con el peso de la culpa, no les abandonen.
6 Ética para Amadores
Creo que es importante tratar con cariño a las antiguas y nuevas parejas, es decir, aplicar la ética de la amistad y el compañerismo con los amantes para limar las diferencias de intensidad y de sentimientos.
decía Deleuze en un estudio sobre Proust: "Enamorarse es individualizar a alguien por los signos que causa o emite. Es sensibilizarse ante esos signos, hacer de ellos el aprendizaje. Es posible que la amistad se alimente de observación y conversión, sin embargo, el amor nace y se alimenta de interpretación silenciosa. El ser amado aparece como un signo, un 'alma': expresa un mundo posible desconocido para nosotros. El amado implica, envuelve, un mundo que hay que descifrar, es decir, interpretar. Se trata incluso de una multiplicidad de mundos. [...] Amar es desarrollar estos mundos que permanecen envueltos en lo amado. ¿Cómo podríamos acceder a un paisaje que no es el que vemos, sino al contrario aquel en el que somos vistos?" (G. Ddeleuze: Proust y los signos, pp.: 15s.)
amores con los cuales poder compartir en un nivel mucho más profundo que el del amor, porque la amistad, creo, es menos egoísta, más empática y menos inestable que las tormentas pasionales. Los códigos de la amistad están basados en la ayuda mutua, la lealtad inquebrantable, la complicidad sin necesidad de palabras, el cariño desmedido...
Por todo y por esto, abogo por un trato más humano entre amantes, ex amantes, matrimonios, parejas de hecho, follamigos, amigos con derecho a roce, adúlteros y adúlteras, amantes virtuales, amores platónicos... Creo que una solución ética al problema del desamor o del desencuentro amoroso es la plena comunicación basada en el nivel emocional del discurso: "yo me siento así...", "pues yo me siento asá". Desahogarse, expresar la pena, la rabia, el miedo, recordar buenos momentos, darle un final bonito a la historia, con abrazos y muestras de cariño. Hacerle saber al otro que fuimos felices, que lo disfrutamos, que fue importante en nuestras vidas a pesar de la ruptura.
7 Soluciones para afrontar la soledad
... es como si estuviéramos incompletos y sol@s en el mundo.
Y somos muchos miles de millones. Así que pienso que la solución al miedo al abandono y a la soledad es abrir nuestro corazón hacia la familia, los compañeros y compañeras de trabajo, los y las vecinas, las amigas y los amigos. Se trataría de construir una sociedad más amable.
..., deberíamos crear redes de afecto colectivo (...) Redes no solo de solidaridad y ayuda mutua, sino también redes de crianza, de trabajo cooperativo, redes sociales reales y virtuales en las que intercambiar información, conocimientos, habilidades. Redes para organizarnos política y económicamente, redes para protestar y luchar por nuestros derechos, redes para festejar y celebrar la vida. Redes de simpatía y cariño expandido, redes de intercambio de placeres, redes de amor en las que no exista la propiedad privada sobre el cuerpo y los deseos de los demás.
De dos en dos nunca lograremos hacer frente a un mundo desigual, injusto y cruel. Ahora más que nunca necesitamos querernos, apoyarnos, sentirnos acompañados y acompañadas, y salir a las calles a encontrarnos, a conocernos,...